Si te quiere, no te hará daño.


¡Hola a todos! Esta semana tengo que desempeñar el rol de PLAYER. Este rol consiste en jugar a un juego y contar tu experiencia mientras lo haces. Suena divertido, ¿verdad? Es cierto que llegas a estar entretenido, pero al mismo tiempo puedes sentir muchas emociones...

El juego que he elegido está relacionado con la violencia de género. 
Cuando empecé a jugar, no sabía muy bien cómo podría acabar todo, me metí en el papel de la chica, a la cual la pareja trata muy mal, e intentaba entender por qué mi pareja me trataba así, y por qué yo se lo consentía. 
Uno de los juegos consistía en elegir la ropa para la protagonista, y yo le elegí una camiseta de manga corta, unos vaqueros y unos tacones. A mi pareja no le gusta mucho ese conjunto, y el juego no me daba la opción de seguir con la ropa que yo había elegido, con lo cual tuve que cambiar de ropa. Sentí mucha rabia por no poder hacer lo que yo quería. 
Después de ésto, salí a cenar con él. Todo iba genial. Por consiguiente, tuve que jugar a otro juego. Consistía en repetir todo lo que mi pareja decía (eran símbolos y dibujos, como por ejemplo, un balón, un libro...). El juego empezaba a ser más complicado, y acabé confundiéndome en un dígito... y él se enfadó conmigo. Me dijo que no se puede hablar conmigo, que soy una persona que no escucho. Me sentí mal por las palabras que me dijo, aunque sé que no soy para nada como él me describió.
Al día siguiente, tenía que volver a elegir mi ropa. Decidí ponerme una camisa, unos vaqueros y unas sandalias, pero como no, a mi pareja no le gustaba. Me dijo que me pusiera la ropa que él me regaló, y así fue... tuve que volver a vestirme como él me decía y como él quería. Volví a sentir mucha más rabia que la primera vez. No quería hacer sólo lo que él me decía.
Fui a clase, y por los pasillos me encontré a mis compañeros de instituto. Empieza otro juego. Consistía en esquivar a toda la gente que se cruzara conmigo. Llegó un momento en el que iban tan rápido que me choqué con un par de personas y... mi novio me vio. Me dijo que por qué he hablado tan simpática con los demás, que eso no le gusta. Yo no entendía nada porque no intercambié ni una sola palabra con nadie, simplemente caminaba por el pasillo. Le negué todo lo que me decía ya que no llevaba razón y lo más temido ocurrió. Me golpeó.
A la mañana siguiente, tenía que volver a elegir la ropa para ese día, y elegí una camiseta de manga corta, unos vaqueros y unas zapatillas. Como era de esperar, a mi novio no le gustaba ese conjunto porque decía que no me veía guapa. Entonces me observé en la pantalla y me di cuenta de la cantidad de cardenales que tenía en mi cuerpo. Decidí ponerme un jersey de cuello alto, unos vaqueros y unas botas. A mi novio le encantó ese conjunto, pero a mi me dolía que fuera capaz de decirme eso. Y por si no fuera poco, tuvo el valor de decirme que él no me quería hacer daño. 
El final del juego se centraba en la ruptura, por fin, de esta pareja. Él no entendía el por qué, pero la chica no aguantaba más. Conforme iba pasando el tiempo la protagonista era mucho más libre. Empezó a pensar en sí misma y a disfrutar de sus amigos y familia. Nada la volvió a tormentar.

Como conclusión me gustaría contar mi experiencia. He sentido mucha rabia e impotencia cuando no podía hacer lo que yo quisiera y cuando me obligaban a hacer algo que yo no quería. Pero lo que más he sentido ha sido dolor cuando el chico golpeó a su pareja. Si he sentido esto en un juego, no me quiero ni imaginar lo mucho que sufren las mujeres que les pasa esta desgracia. Me da mucha pena y  la vez me altera mucho pensar que existen hombres (si se les puede llamar hombres...) así. Porque es vergonzoso, y es una pena que a día de hoy siga ocurriendo esto. A personas así no se les puede llamar hombres, no lo son. 

Comentarios

  1. Muy buena reflexión, ésto era un juego, pero la triste realidad va más allá...espero podamos algún día acabar con esto.

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    1. Ojalá esto se quedara en un simple juego, pero por desgracia no es así...

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  2. Estoy de acuerdo . A ver si somos capaces de educar a nuestros hijos en el amor y la igualdad y conseguimos entre todos que las generaciones futuras no conozcan esta lacra.

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    1. Con un granito de arena de cada uno podemos conseguirlo. Creo que no es tan complicada esta meta, siempre y cuando emisor y receptor pongan de su parte.

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  3. Estaría bien por empezar, en cada casa, por levantarnos todos a quitar la mesa, fregar o hacer las camas, y no dejar que lo haga todo la mami. El machismo se alimenta así. El machismo nace en esos detalles y termina en casos extremos de sentimientos de posesión y violencia. Reflexionemos todos y empecemos poniendo nuestra gotita para llenar el vaso.

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    1. Como bien dices, todo empieza por pequeños detalles, los cuales no son reconocidos como actitudes machistas pero sí lo son. Se llaman "micromachismos" y muchas personas pecan de estas actitudes sin darse cuenta.

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  4. ¡Hola Lucía! He leído tu entrada y la verdad que yo también jugué a ese mismo juego, llegando a tal punto que me empecé a sentir incómoda con algunas situaciones. Espero que en algún momento no muy lejano, la cifra de mujeres maltratadas disminuya, ya que es imposible que desaparezca del todo.
    ¡Un abrazo!

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    1. ¡Hola Ambra! Tienes razón, en muchas ocasiones el juego tenía varias situaciones incómodas. No sabía muy bien cómo afrontarlas y me indignaba mucho ver cómo trataban a la protagonista. Espero que con el tiempo esta situación mejore... ¡Un besito!

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"Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol vivirá toda la vida creyendo que es estúpido."