¿Culpa o tranquilidad?

Hola a todos! Esta semana me gustaría habla sobre un tema que, a mi parecer, es un poco complicado: la decisión de tener que llevar a un familiar directo a una residencia para su cuidado. 

En torno a este tema hay diferentes opiniones: unos piensan que es un acto poco ético, ya que dejas a un ser querido en la residencia para que otras personas lo cuiden; otros piensan que es algo necesario, bien porque los familiares no pueden hacerse cargo de él por razones de trabajo o porque no disponen de los recursos (de formación, materiales o humanos) para atenderle como necesita.  
Es curioso que, el primer grupo de personas opina que los que dejan a un familiar en una residencia es porque no quieren hacerse cargo de él, porque quieren vivir a gusto y no tener que estar cuidando a nadie. No comparto este pensamiento. 
Considero que la residencia es una alternativa bastante óptima para aquellas familias que no tienen tiempo material como para cuidar a un ser querido. Creo que todos, al fin y al cabo, necesitamos vivir con plenitud y tranquilidad nuestra vida, a nuestra manera, y como de verdad queremos, y en ocasiones, algunos ancianos necesitan tanta atención que los familiares sienten que no disponen de tiempo para sí mismos y para el resto de su familia (pareja e hijos), incluso, para disfrutar de un merecido tiempo de ocio. 

Muchos suelen decir que las residencias son el lugar perfecto para dejar, (incluso utilizan la palabra abandonar) a un familiar. Yo planteo: cuando llevamos a un niño a la guardería, ¿también lo estamos dejando/abandonando? Creo que en este caso la respuesta sería negativa. ¿por qué? Considero que entre los dos casos hay cierto paralelismo, la única diferencia es la  edad de los sujetos a los que nos referimos.  Que un niño vaya a la guardería no significa que sus padres quieran desentenderse de él. Podría ser que sus padres, como he dicho antes, no puedan cuidarlo por motivos de trabajo, por ejemplo. Del mismo modo, que un sujeto necesite llevar a un anciano a una residencia  no supone una actitud egoísta. 

Por otro lado, también me gustaría reflexionar sobre cómo es la adaptación de las personas que se incorporan a una residencia de ancianos o tienen la intención de hacerlo.
Primeramente, resulta complicado el hecho de hacerse a la idea de ir a vivir a un lugar distinto al que has estado la mayor parte de tu vida, un entorno diferente que supone convivir con personas que no se conocen. Yo creo que este es un paso verdaderamente difícil, ya que hace falta concienciarse, cambiar hábitos, horarios, ... que, aunque a la larga, supongan un mayor bienestar, al principio es un miedo a lo desconocido que crea incertidumbre y rechazo.  La adaptación dentro de la residencia puede variar de una persona a otra y va depender de la capacidad de integración de cada  uno. 

Me gustaría concluir diciendo que el hecho de decidir llevar a un familiar a un asilo, en la mayoría de los casos, es el resultado de un proceso de reflexión de familiares directos que han valorado que esta es la mejor opción entre muchas otras y que no debe generar un sentimiento de culpa o de intranquilidad, sino todo lo contrario. Tranquilidad por saber que un familiar (o la persona que vaya a la residencia) va a estar rodeado de profesionales que van a ofrecerle los cuidados y atenciones que precisa, muchos más adecuados que los que pudiera recibir en su hogar. 

Y tú, ¿opinas que llevar a un familiar a la residencia genera un sentimiento de culpa? ¿o de tranquilidad?

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"Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol vivirá toda la vida creyendo que es estúpido."